El Mundo Lladró
Una historia de pasión por la porcelana
Una historia de pasión por la porcelana
Fundada en 1953, Lladró es una marca líder mundial en el diseño, manufactura y distribución de un amplio espectro de creaciones en porcelana de arte. Obras de alta calidad hechas enteramente a mano en Valencia, en la única fábrica de Lladró en el mundo.
Lladró es la historia de éxito de una marca icónica española. Un líder global en porcelana artística de lujo y una referencia internacional de estilo de vida.
Años 50: Los comienzos
En 1953 nace Lladró, fruto de la pasión por la porcelana de tres hermanos, Juan, José y Vicente Lladró, que empiezan a elaborar sus primeras piezas en su casa natal de Almàssera, una población cercana a Valencia.
La demanda de creaciones hace que los hermanos trasladen su taller familiar a una nave en la población vecina de Tavernes Blanques, futura sede de la actual compañía.
A nivel artístico, las pieza elaboradas en los primeros años son creaciones de clara inspiración Rococó, que evocan las obras de las grandes manufacturas europeas de Meissen, Sèvres o Capodimonte.
Los 60: La consolidación
En esta década Lladró es pionera en la introducción de la monococción. Este método precursor permite reducir la triple cocción tradicional a una única cochura, con la que se consigue el acabado cristalino y las tonalidades pastel propias de las obras Lladró.
A nivel artístico, Lladró alcanza un estilo propio, único y distintivo, que con el tiempo dará a la firma fama internacional. En 1965 Lladró empieza a introducirse en Estados Unidos. En esta década se funda también la Escuela de Formación Profesional en la sede central para dotar a la firma de artistas y técnicos cualificados.
Los 70: La expansión
Las creaciones de esta época aumentan en complejidad, gracias al desarrollo de nuevas técnicas y procesos. Se empiezan a fijar los grandes temas del repertorio creativo de Lladró. Los jarrones ocupan un lugar destacado, concebidos en series limitadas muy cortas y con clara inspiración oriental.
La introducción del gres como materia prima abre una línea creativa y proporciona unos acabados idóneos para desarrollar esculturas de gran formato.
Los 80: La innovación
En la década de 1980, la búsqueda constante de nuevas formas de expresión continuó a buen ritmo. Un mayor control de la porcelana permitió creaciones que muestran un extraordinario dominio del modelado. En colecciones singulares como Esculturas , Caprichos o Goyescas , la imaginación de los artistas se deja llevar por la fantasía y el placer de la creación.
La Sociedad de Coleccionistas de Lladró fue fundada en 1985. Durante sus 15 años de existencia, contó con más de 100,000 coleccionistas de porcelanas de la marca.
En esta década, Lladró alcanza dos grandes hitos en su expansión internacional. En 1986, Lladró desembarcó en Asia con filiales en Japón y China. Y en 1988 abrió su primer museo y galería en la ciudad de Nueva York, en la Quinta Avenida de Manhattan. Y el proceso de internacionalización continuó de manera constante en mercados emergentes como Rusia, Europa del Este o India.
Los 90: La excelencia
Esta década es prolífica en complejas escenas de época, muchas de ellas acompañadas de ricas composiciones florales que representan la mayor expresión de la minuciosidad y el saber hacer de los artistas de Lladró.
En 1991, el Museo del Hermitage en San Petersburgo acoge una exposición de esculturas de Lladró de la que el entrenador del siglo XVIII y Don Quijote formarán parte de su colección permanente.
En 1995, se abrió la primera boutique Lladró en Tokio, en el distrito de moda de Ginza; en 1996 abrió su primera tienda propia en la calle Serrano, la calle exclusiva de Madrid, y en 1997 la boutique Beverly Hills abrió sus puertas en Rodeo Drive.
En esta década, Lladró recibe dos prestigiosos premios: el Premio Príncipe Felipe a la Internacionalización en 1993 y el Premio Príncipe Felipe a la Competitividad en 1997.
Los 2000: Los nuevos caminos
El continuo deseo de llevar al límite las posibilidades expresivas de la porcelana desemboca en las impresionantes esculturas de la colección de Alta Porcelana, la máxima categoría artística de la marca.
A su vez, Lladró se reinventa con nuevos clásicos, piezas dinámicas y expresivas decoradas en vistosos colores o de esculturas de formas rotundas en porcelana mate decorada en blanco.
En esta década Lladró recibe el Premio Príncipe Felipe a la Gestión de Marca Renombrada (2002).
Las piezas dedicadas a las tradiciones y creencias religiosas comienzan a desempeñar un papel destacado. Uno de los valores de la marca desde sus orígenes es su know-how para abordar la espiritualidad de las culturas más diversas con sensibilidad y admiración, haciendo de cada pieza un desafío y una fuente de enriquecimiento para sus artistas.
Esta diversidad de productos se refuerza con la colaboración de destacados diseñadores externos, como Jaime Hayon, Bodo Sperlein y Culdesac, quienes agregan su universo personal y artístico a la obra de Lladró en un fructífero intercambio creativo.
En 2006 y 2009, Lladró abre dos boutiques en Moscú, en el prestigioso Petrovsky Passage y GUM mall, respectivamente.
Los 2010: La diversificación
Lladró intensifica su creatividad en torno a las líneas para la decoración del hogar, con series de iluminación, espejos y creaciones para el arte de la mesa. También aumentan las colaboraciones con diseñadores externos, que aportan su universo creativo y personal a la obra Lladró elevando a la máxima potencia la cultura de la porcelana.
En 2012 la Boutique Lladró de Nueva York abre sus puertas en el número 500 de la Avenida Madison. En 2017 la compañía es adquirida por el Grupo PHI Industrial, un fondo inversor español especializado en la gestión activa de empresas.
Lladró hoy
La diversidad actual de líneas y estilos de la obra Lladró sitúa a la marca en una absoluta contemporaneidad. Esculturas inesperadas, líneas funcionales como Light & Scent que agrupan fragancias para el hogar e innovadoras lámparas inalámbricas, grandes colecciones de iluminación, objetos para la mesa o joyería, son algunas de las categorías de producto que forman parte del porfolio actual de la compañía.
Un mundo de posibilidades en porcelana, en el que al talento de los equipos creativos de la marca se siguen sumando colaboraciones con grandes exponentes del diseño como Marcel Wanders, Nichetto Studio o Naoto Fukasawa.La porcelana de Lladró continua un camino imparable en el que el diseño, el oficio y el cuidado del medio ambiente se alían para seguir creando con esta materia viva y siempre sorprendente.